lunes, 18 de julio de 2011

18-07-2011 Kathmandú - Nueva Delhi









Acaba el viaje y empieza la vuelta a casa, un poco larga porque aún tengo que hacer noche en Delhí y luego en Madrid, ésta última porque aunque parezca increíble, el último vuelo Madrid-Palma en plena temporada sale a las 21,30 horas y no llegaré a tiempo para cogerlo.
Esta mañana aún he tenido tiempo para dar una vuelta por los alrededores del hotel, tenía un par de horas y he aprovechado para realizar las últimas pequeñas compras y así gastar las pocas rupias que me quedaban. En una perfecta combinación de logística y maña he conseguido cerrar la maleta sin problemas, colocando las cosas más pesadas en la mochila e incluso en la bolsa de la cámara de fotos y así he conseguido que la maleta pese sólo 22,5 Kg., por lo que no he tenido problemas para facturar. A las 11 me han recogido en el hotel y me han llevado hasta el Aeropuerto, el trayecto que debería haber durado 20 minutos ha alcanzado casi los 40 porque el tráfico a esas horas por Kathmandú es sencillamente infernal, he pasado de nuevo junto a Pashupatinath donde ya había actividad en los crematorios, pero no había prisa, aún así tengo 2,5 horas de espera hasta la salida del vuelo de Delhi en el Aeropuerto Internacional Tribuvan de Kathmandú. Al sacar la tarjeta de embarque no he dado importancia al asiento ya que sólo era 1,5 horas de viaje, pero afortunadamente cuando me había alejado tan sólo 10 metros del mostrador de facturación he mirado el asiento, 20 C y he decidido volver para cambiarlo por una ventanilla, la 6 F, y digo afortunadamente porque a los 15 o 20 minutos de despegar el comandante ha indicado que teníamos la cordillera del Himalaya a la derecha, y yo tenía unas vistas espectaculares desde mi ventanilla. No es el Everest, pero seguro que había varios 7.000 y algún que otro 8.000, miraré en internet a ver que picos son los que he podido admirar.
Nada más pasar Inmigración he accedido a la zona de salidas internacional donde hasta hay un par de tiendas de recuerdos, un restaurante, una zona de ordenadores y hasta una cafeteria. El aire acondicionado no tiene mucha potencia pero a los 15 minutos te acostumbras y se está bastante bien. Aunque ya me han pedido el pasaporte 3 veces y me han cacheado una pese haber pasado todo el equipaje por el escaner, aún me queda por pasar el control de seguridad, así que nuevo cacheo y nuevo escaner. Después accedo a una sala de embarque prehistórica, donde llaman al embarque de viva voz y pasas a una nueva sala, como antiguamente. Tras 10 ó 15 minutos procedemos a la jardinera no sin antes pasar un nuevo cacheo. Parecía que ya podíamos subir, pero sorprendentemente en la entrada del avión nueva revisión de equipaje de maneo y último cacheo. Es curioso que dejan pasar botellas de agua hasta la misma puerta del avión, así que la gente las apura en la misma puerta y algunos guarrillos hasta la tiran a la pista como podéis ver en la foto. Después una nueva sorpresa para desembarcar; por primera vez en mi vida y en los cientos de vuelos que llevo, hemos desembarcado por la puerta derecha delantera del 737-800 de la compañía Jet Line (la del Galley) sin que pareciera haber ningún problema con la izquierda. Vamos, que este vuelo por sus panorámicas imágenes y anécdotas no creo que olvide en mi vida. Seguro.
Llegada al hotel de Nueva Delhi, un té massala, una pizza con dos cervezas kingfisher indias, un ron también indio en el bar de la terraza y a la habitación, que ha que escribir este blog y mañana tengo que levantarme a las 4,30 aunque el vuelo sale a las 8,15 y estoy a poco más de 20 minutos del aeropuerto. Bueno, así podré dormir en el vuelo.

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