martes, 12 de julio de 2011

11-7-2011 Agra - Orchha







Anoche no conseguí conectarme a Internet, así que con un poco de retraso pongo al día del viaje a quien quiera estar interesado.
A primera hora partimos hacia la estación del tren para coger el expreso con destino a una localidad cercana a Orchha donde nos acercarán en autobús.
La estación está llena de gente y pasa algún tren de estos antiguos, abarrotados de gente y a punto de caerse a trozos, afortunadamente el nuestro es más actual. Viajamos en primera clase, muy amplia y con servicio de bar e incluso con un pequeño ratolín que pulula por el conducto de las luces y que nos entretiene parte del viaje, que por otra parte es muy rápido y sólo hace 2 paradas en el trayecto hasta llegar a nuestra estación.
Ya en en Orchha empezamos a visitar los templos y palacios de los siglos XVI al XVIII de la dinastía de los rajás Bundela. Después se trasladaron a una población cercana ya que se instaló en la localidad el templo Ram Rajá, donde el Dios Rama es adorado como rey y donde se celebran unos ritos como el de hoy, con santones, cánticos y otras parafernalias. Al parecer los Bundela no se sentían agusto con un Dios como Rey por encima de ellos y prefirieron cambiar de aires.
Orchha es un pueblecito muy pequeño situado junto a un caudaloso río, en el que incluso se hace rafting junto a zona de jungla y lleno de templos y palacios abandonados, ya que no hay nadie que se ocupe de ellos. Sin embargo y debido a este templo que es visitado por todos los habitantes de la provincia, la localidad tiene un gran ambiente pese al sofocante calor húmedo que existe en esta zona.
Por la noche y junto a una familia murciana y una pareja de Bilbao nos fuimos a cenar a un auténtico restaurante indio situado en una terraza en el techo de una casa y en la que salimos a unos dos euros por persona, incluidas las cervezas de 0,6 litros. Sigo sin tener que utilizar el botiquín y además la cena estuvo muy bien.
Durante esa tarde y noche tuve la fortuna de pisar una mierda y ser salpicado por la meada de una vaca sagrada lo que debe significar algo más de suerte de la habitual cuando te ocurren estas cosas.
Acabamos la noche saboreando un ron indio, la verdad que de muy buena calidad.

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