martes, 19 de julio de 2011

Se acabó

Estoy en la sala VIP de Aena en Barajas esperando la salida del vuelo a Palma. Vuelvo a casa. Se me ha hecho corto el viaje, de hecho no he encendido la televisión en ninguno de los hoteles que me he hospedado estos días, y es que cuando llegaba a la habitación ya me venía justito para pasar las fotos de la cámara al ordenador y escribir el blog antes de acostarme. Las jornadas han sido todas intensas, algunas de ellas con grandes madrugones y ni siquiera me hecho una siestecilla en todo el viaje independientemente de alguna cabezadilla en algún traslado en el autobús o en el tren, ya que además debía estar atento a cualquier cosa destacable que ocurriera en el exterior, lo que sucedía cada minuto.
Una de las cosas más sorprendentes del viaje, en lo que a India se refiere, es que en los varios cientos de kilómetros que he recorrido en coche o autobús, en ningún momento he dejado de ver gente en la carretera, andando, en bici o con sus animales, ni siquiera 500 metros no habitados,  y es que en algún sitio deben estar los 1.200 o 1.300 millones de indios. Va a ser muy difícil que este país se desarrolle rápidamente, sobre todo en las zonas rurales, porque la población crece de forma exponencial mucho más rápido de lo que un estado tan desorganizado como éste puede asumir, así que habrá India profunda para rato.
Lo de Nepal es distinto, prácticamente todo está concentrado en Kathmandú.
En fin, habrá que pensar ya en el viaje del año que viene y deberá ser compatible con Mari Carmen y Marta, por lo que posiblemente toque ir a un país más civilizado salvo que las convenza, je, je. Voy a ponerme en ello hoy mismo, debo empezar cuanto antes mi viaje para el 2012.

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